La sexualidad de nuestros hijos: Claves para un acompañamiento respetuoso y prevenir situaciones de riesgo.

La educación sexual es un asunto que puede generar inquietud en algunas familias. Con frecuencia me preguntáis cómo es el desarrollo sexual de los niños, qué es normal según la edad, cuáles son los peligros más frecuentes y qué podemos hacer desde el hogar para prevenirlos.

¿Cómo acompañamos, de manera respetuosa, el proceso de desarrollo afectivo-sexual en los niños/as?

  • 0-3 años: Descubren el entorno y su cuerpo a través de los sentidos. Experimentan sensaciones agradables y desagradables. Descubren que determinadas zonas de su cuerpo les dan placer y pueden auto estimularse.

Puedes aprovechar los momentos del baño, cambios de pañal, etc. para enseñarle los nombres correctos de sus partes del cuerpo, incluidos los genitales. Desde pequeños debemos decirles qué partes de su cuerpo son privadas y pedirles permiso para tocarlas (“¿Puedo limpiarte el culete?”). Esto le indicará al bebé que su cuerpo es suyo y que puede poner límites.

Es importante no obligar a dar o recibir besos, y respetar su decisión.

  • 3-6 años: Se consolida la identidad sexual y de género. El interés por el cuerpo humano aumenta, suelen mostrar su cuerpo abiertamente (se levantan la falda, se bajan los pantalones…) e intentan tocar el cuerpo de otras personas. La autoestimulación es más frecuente (se tocan, frotan…). A esta edad pueden aparecer los celos y la imitación de la conducta de adultos o animales. Hay mucha curiosidad sexual que se manifiesta con preguntas sobre el origen de los bebés, las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres, etc.

Podemos explicarles que la masturbación es una actividad sana pero que hay que hacerla con las manos limpias y en un sitio privado. 

Si la masturbación es compulsiva (cuando redirigimos la conducta del niño vuelve a masturbarse, no se distrae, es muy frecuente o reacciona con culpa o vergüenza cuando le invitamos a dejar de hacerlo) puede estar indicando un problema de ansiedad, de necesidad de atención o de abuso sexual.

En cuanto a las preguntas, mantén la calma, no te rías ni avergüences. Responde de manera directa, con información y lenguaje adecuado a su edad. Si tu hijo quiere saber más, te preguntará. Es mejor dejar que tu hijo marque el ritmo con sus preguntas.

  • 6-10 años: El cuerpo humano sigue siendo fuente de curiosidad y placer. Les gusta mirar cuando alguien está desnudo, jugar a los papás y mamás, los médicos… Suelen masturbarse en privado. Hablan de partes íntimas (normalmente entre risas), empiezan a sentir los primeros “enamoramientos” e imitan lo que observan en parejas adultas (darse besos, por ejemplo). 

Su necesidad de preguntar y saber está condicionada por la respuesta que hayan recibido del entorno. Si han percibido que es un tema tabú o incómodo para los padres evitarán hacer preguntas y buscarán la información fuera de casa. Si desde pequeños hemos ido hablando con naturalidad y respeto de estos temas podrán sentirse cómodos y seguros para seguir preguntando. De acuerdo con Save the Children (2020) el 54% de los menores entre 6-12 años ya han iniciado el consumo de pornografía online. Lo que los niños/as me cuentan en terapia y en los cursos de formación es que, muchas veces, este consumo experimental les sirve para conseguir información que les da vergüenza preguntar en otros espacios. De hecho, el estudio antes citado desvela que para el 30% de ellos  la pornografía supone la única fuente de educación sexual. El riesgo no está en acceder a la pornografía sino en que sobre ésta se construyan sus conocimientos sobre sexualidad y relaciones íntimas.

¿Cómo hablamos con ellos de sexualidad?

La educación sexual más efectiva es aquella que no se centra solo en la genitalidad (hablar de partes íntimas, coito, etc.) sino que incorpora el componente afectivo de las relaciones.

El objetivo es no convertirlo en un tema tabú, ofrecerles la seguridad para que cuando quieran puedan recurrir a nosotros como una fuente de información cercana, responsable, que no juzga. Lo interesante es, además de cuando ellos pregunten, aprovechar los momentos cotidianos para ir hablando de ello (por ejemplo, si vemos a una pareja darse un beso podemos explicarles que esta es una señal de amor, si hay una embarazada podemos explicarles que los bebés crecen en un lugar muy especial del cuerpo de la madre, si observamos que se queda mirando nuestro cuerpo podemos explicar cómo crece el cuerpo humano y las diferencias entre niños y adultos…). Si necesitan tener más información nos lo preguntarán.

¿Hablamos sobre abuso sexual?

No podemos olvidar que, según los datos del Consejo de Europa, en nuestro país 1 de cada 5 niños sufre o sufrirá abuso sexual en su infancia. Así que, quizá, este sea el tema que más dudas genera. En un intento de protegerles, de no asustarles y de que no vivan la sexualidad con miedo podemos caer en el error de no hablar honestamente de abuso sexual infantil. El peligro está en que sólo podemos reconocer aquello que conocemos. Si no hemos hablado de esto y el niño vive una situación de abuso no podrá saber qué es y, por la propias características del proceso abusivo, será más complicado que verbalice lo ocurrido. 

Debemos ir adecuando la información a su edad y para ello podemos valernos de diferentes materiales y estrategias.

Si te interesa este tema el 16 de enero organizó un taller para padres, presencial y online, en él profundizaremos en la prevención del abuso sexual infantil mediante diferentes técnicas, cuentos y juegos que permitan desarrollar sus habilidades de autoprotección y petición de ayuda.

También, veremos las señales de riesgo para poder detectar los síntomas de abuso de una manera temprana, todo ello dentro de un abordaje de educación afectivo-sexual donde trabajaremos cómo hablar con ellos sexualidad y qué hacer para que confíen en nosotros para buscar información sobre estos temas. 

Si te interesa puedes contactar con María en psicologafamilybalance@gmail.com

Pronto más información sobre horario y precios.

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